Lo que parece inverosímil es que Chirac --que ahora clama ante el peligro de "un periodo de divisiones en Europa"-- no haya previsto una salida a la victoria del no en el eurorreferendo francés. Sobre todo, cuando las verdaderas escisiones se van a producir en su propio partido, en el que Sarkozy y Villepin se batirán en duelo sobre los restos del ya desahuciado Raffarin. Y es casi tan increíble como que los socialistas tampoco hayan preparado la derrota del sí, en la que se crecerá Fabius y que forzará al quebrado PS a un congreso extraordinario en el que puede caer Hollande.

*Periodista.