El Ejército Republicano Irlandés (IRA) iniciará la destrucción de sus arsenales en las próximas semanas. Tras la declaración del jueves en la que dio por terminada más de tres décadas de lucha armada , la banda republicana pretende completar rápidamente la inutilización de sus armas.

El proceso será verificado por la Comisión Internacional de Desarme que preside el general canadiense retirado John de Chastelain, con quien los mandos del IRA ya se han puesto en contacto. La operación será presenciada por dos testigos independientes, un sacerdote católico y otro protestante. La comisión de desarme podría emitir un primer balance en otoño. Los unionistas reclaman pruebas fotográficas de la destrucción de las armas, algo que los republicanos ven como una humillación inaceptable. En enero, otra comisión independiente deberá emitir un nuevo informe que calibre si los republicanos han renunciado a las actividades delictivas.

El IRA no reconocía el servicio de policía de Irlanda del Norte y éste es uno de los puntos claves por resolver. Para allanar el terreno, Londres ha empezado a rebajar aspectos de la seguridad en Irlanda del Norte. El Ejército empezó a desmantelar ayer varios puestos y bases en el sur de Armagh, junto a la frontera con Irlanda.