Miles de estudiantes británicos convirtieron ayer la sede central del partido conservador en el fortín de una tensa protesta contra la subida de las matrículas universitarias. La invasión en la conocida torre de Millbank, uno de los escenarios políticos más famosos del país, pilló desprevenida a la policía, que no había organizado ningún cordón especial para proteger la sede, a pesar de que la manifestación estudiantil pasaba por delante de su puerta.

Las fuerzas de seguridad tuvieron que desalojar al personal que trabaja en las oficinas de los tories, situadas a pocos metros del Parlamento de Westminster, después de que un grupo de unos 200 manifestantes penetraran en las instalaciones a primera hora de la tarde.

Los asaltantes rompieron varios cristales de las ventanas y las puertas de entrada, mientras fuera sus compañeros quemaban pancartas y coreaban gritos contra el primer ministro, David Cameron, y el viceprimer ministro y líder liberal, Nick Clegg.

Los empujones y forcejeos con la policía se saldaron con 14 heridos leves en el hospital y más de una treintena de detenciones. El jefe de las fuerzas del orden en la capital, Paul Stephenson, reconoció que los hombres a su mando debían haber previsto "mejor" el nivel de violencia de algunos de los manifestantes. "Lo ocurrido no es aceptable".

50.000 MANIFESTANTES Los organizadores consideraron un auténtico éxito haber llegado a movilizar a 50.000 personas, la mayor manifestación estudiantil en más de una década. Aaron Porter, el presidente del Sindicato Nacional de Estudiantes, puso, sin embargo, buen cuidado en condenar "todo uso de la violencia", atribuyendo los incidentes a grupos minoritarios, ajenos al movimiento estudiantil.

El alcalde conservador de Londres, Boris Johnson, había advertido el mes pasado que la subida de las tasas universitarias provocaría "un baño de sangre". Ayer el lenguaraz edil pidió, en cambio, que "la fuerza de la ley" castigara a los provocadores.

Cameron se hallaba en visita de negocios a China, y Clegg, que le sustituyó en la sesión de preguntas y respuestas en el Parlamento, tuvo muchas dificultades para defender el incremento de las tasas universitarias.

El plan que el Gobierno someterá a votación a finales de este año reduce en un 40% las subvenciones del Estado a las universidades. Para que estas puedan recaudar los fondos que necesitan, se les permite aumentar el precio de la matrícula anual de los alumnos, que puede llegar a superar los 10.000 euros.