Tal y como le había exigido la ONU, el régimen iraquí empezó ayer a destruir los misiles Al Samud 2. El proceso de eliminación de estas armas, de alcance superior al permitido por la ONU, se inició con el desmantelamiento de cuatro unidades, según informó ayer el vicejefe de los inspectores, Demetrius Perricos. El sábado por la mañana, Perricos y un equipo técnico de las Naciones Unidas se reunieron con responsables iraquís para determinar el modo en que iban a destruirse los misiles.

EXITO DE LA REUNION

Al final del encuentro, celebrado en la sede del Organismo de Control Nacional Iraquí, el general Amer Saadi, consejero del presidente iraquí, Sadam Husein, anunció que la reunión había concluido "con éxito".

Más tarde, en una rueda de prensa, Perricos anunció que se había llegado a un acuerdo con las autoridades iraquís para establecer un calendario que permita completar la destrucción de los misiles en "unas pocas semanas". "A Irak le conviene que el proceso se acelere", dijo Perricos, aunque no quiso dar detalles sobre el método para eliminar el arsenal.

Tampoco se sabe a ciencia cierta de cuántos misiles Al Samud 2 dispone el régimen de Irak. El portavoz de los inspectores, Hiroi Ueki, puntualizó que son "al menos docenas", mientras que algunas fuentes locales aseguraron que son más de 600.

El vicejefe de los inspectores informó a primera hora de la tarde de que los iraquís habían destruido ya un misil, y los otros tres fueron destruidos durante el resto del día. Los cohetes fueron desmantelados en el campamento militar de Al Tayi, al norte de Bagdad, según informó el director general del Ministerio iraquí de Información, Uday el Tay.

PROCESO LENTO

Perricos explicó, no obstante, que la destrucción será más lenta de lo previsto, ya que los misiles son muy resistentes, y anunció que una de las dos cámaras usadas por Bagdad para probar los Al Samud 2 será destruida hoy, para garantizar que el régimen iraquí no pueda volver a producir esta clase de armamento.

Con la eliminación de los misiles, Sadam cumple la última de las exigencias del jefe de los inspectores, Hans Blix, que ha dejado entrever que la decisión iraquí contribuirá a que su próximo informe sobre el proceso de desarme sea más positivo.

La cooperación de Irak debilita la posición belicista de Estados Unidos y sus aliados, que por ahora no pueden acusar a Sadam de no cooperar con el desarme, y refuerza al mismo tiempo la postura de países como Francia, Alemania y Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde podrán decir que las inspecciones están dando frutos y que, tal y como ellos solicitan, deben continuar.

Por otra parte, los inspectores de desarme entrevistaron ayer a un biólogo iraquí sin grabar la conversación.