Tras un largo y tenso proceso de cerca de cinco meses, el Parlamento iraquí dio ayer por fin luz verde al primer Gobierno no provisional de la era post-Sadam. Un Ejecutivo de unidad nacional, en el que están representados chiís, sunís y kurdos, pero en el que faltan por designar los titulares definitivos de tres de los ministerios más importantes, los de seguridad: Interior, Defensa y Seguridad Nacional. Una de las prioridades del nuevo Gabinete es frenar la violencia, que ayer se cobró la vida de cerca de 40 personas, la mayoría civiles.

El primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki, tenía prisa por presentar el Gobierno al Parlamento ya que el plazo para hacerlo expiraba mañana. Ahora puede negociar con más calma los puestos aún por definir. Mientras no haya acuerdo, Maliki se hará cargo del Ministerio de Interior. Los de Defensa y Seguridad Nacional los gestionarán de forma interina los dos viceprimeros ministros, el suní Salam al Zobai y el kurdo Barham Saleh respectivamente.

LOS PROPOSITOS En la sesión de ayer, el primer ministro esbozó su programa de gobierno, que resumió en 34 puntos. La estabilidad económica y la seguridad serán sus prioridades. Para ello tiene previsto acelerar la preparación y la coordinación de los cuerpos de seguridad del Estado para atajar cuanto antes la ola de violencia. Denunció "el terrorismo" y abogó por un clima "de amor y tolerancia".

Un total de 19 personas murieron ayer al estallar un coche bomba en Ciudad Sadr, en Bagdad, feudo del radical shií Moktada al Sadr. En Qaim, en la frontera con Siria, un suicida provocó la muerte de cinco policías en una comisaría. Las autoridades informaron, además, del hallazgo de 15 cadáveres, víctimas de la violencia sectaria, con signos de haber sido torturados.

Maliki dijo que uno de los objetivos de su Ejecutivo será "establecer un calendario para transferir todas las misiones de seguridad a las fuerzas iraquís y poner así fin a la misión de las fuerzas multinacionales". Un objetivo que persigue EEUU, que desea iniciar la retirada militar.

El Gabinete que presentó ayer Maliki a los 275 diputados de la Asamblea Nacional está formado por 37 personas, 4 de ellas mujeres. El kurdo Hoshiar Zebari se mantiene en la cartera de Exteriores, mientras que el chií independiente Husein al Shahristani se hará cargo de la estratégica cartera de Petróleo, a la que aspiraban también los kurdos. Pese a las críticas, Maliki optó por mantener en el Ejecutivo al polémico Bayan Yabr, hasta ahora ministro de Interior, que ha asumido Finanzas. Los sunís responsabilizan a Yabr de la violencia sectaria. Solo un bloque suní, el liderado por Saleh al Mutlak, fue crítico con el nuevo Ejecutivo.