La oleada de ataques y emboscadas en Irak enturbiaron ayer la fiesta nacional de EEUU. Ante la creciente irritación de los familiares de las tropas destacadas en Irak, el presidente George Bush hizo ayer una apasionada defensa de la guerra que lanzó contra ese país, y la justificó diciendo que EEUU "está a la ofensiva contra los terroristas y todos los que los apoyan".

En un patriótico discurso para conmemorar el Día de la Independencia, fiesta nacional de EEUU, Bush recalcó que no permitirá que "ningún grupo terrorista o régimen paria" amenace a EEUU "con armas de destrucción masiva", una alusión directa a las armas supuestamente en poder de Sadam Husein, con las que Bush justificó el ataque a Irak.

UNA NACION "AGRADECIDA"

Bush aseguró a los miles de militares y familiares que le escuchaban en la base de Wright-Patterson (Ohio), que "esta nación está agradecida a los hombres y mujeres que llevan su uniforme".

Casi 150.000 soldados están en Irak, bajo el acoso de los leales a Sadam. En EEUU, las esposas de los soldados han empezado a movilizarse para que se les repatrie.

TOKIO ENVIA SOLDADOS

La Cámara baja del Parlamento japonés dio ayer luz verde al envío de 1.000 soldados a Irak solicitado por el primer ministro Junichiro Koizumi, en el despliegue militar de mayor envergadura fuera de sus fronteras después de la segunda guerra mundial. El proyecto de ley debe todavía recibir el visto bueno de la Cámara alta.