El Gobierno del primer ministro iraquí, el shií Ibrahim Yafari, estrechó ayer lazos con el régimen de Irán, con quien firmó un acuerdo de cooperación militar y antiterrorista que contempla, entre otras cosas, que militares iraquís puedan recibir entrenamiento de los iranís. El acuerdo, firmado en Teherán por el ministro de Defensa iraquí, Sadun al Dulaimi, supone cuanto menos un desplante a Washington, para quien el régimen shií de Irán forma parte del eje del mal. "Nadie puede dictar a Irak sus relaciones con otros países", afirmó Al Dulaimi cuando se le preguntó sobre la posible reacción de Estados Unidos por el acuerdo recién firmado.

"He venido a Irán para pedir perdón por lo que hizo Sadam Husein. Queremos pasar una página dolorosa y abrir otra", dijo Al Dulaimi junto a su homólogo iraní, Alí Chamjani. Dulaimi juzgó que es imposible una salida inmediata de las tropas extranjeras de Irak. "Si se van ahora sólo habrá caos y más problemas", auguró.