Nueva ola de atentados en Irak. Al menos 24 personas murieron ayer, la mayoría miembros de las fuerzas de seguridad, en cuatro ataques cometidos en Bagdad. El más mortífero ocurrió cuando un suicida hizo estallar los explosivos que llevaba adosados al cuerpo en un cuartel de reclutamiento situado en el centro de la capital. Casi 250 personas han muerto en el país árabe desde que hace ocho días se conoció el nuevo Gobierno.

La explosión mató al menos a 13 personas, entre ellas cuatro soldados iraquís, y otras 15 resultaron heridas. El centro militar está ubicado en el antiguo aeropuerto de Muthanna, a unos 800 metros de la Zona Verde, sede del Gobierno y del Parlamento iraquí, y de las embajadas de EEUU y del Reino Unido. El ataque fue similar al cometido el miércoles en la ciudad de Erbil, donde murieron 46 personas.

En el distrito de Saydiya, al sur de la capital, un grupo de hombres armados tendió una emboscada a una patrulla de policía formada por dos vehículos. Seis agentes perdieron la vida. También murieron otros dos uniformados en otro ataque similar al este de la capital.

Las autoridades informaron, además, de otro atentado suicida con coche bomba junto a la residencia de un alto funcionario del Ministerio de Interior, el general Hikmat Musa Salman, que en el momento de la explosión no se encontraba en su domicilio. Uno de los policías que protegía la residencia murió.

RETIRADA DE BULGARIA Mientras la violencia se recrudece en todo el país, la fuerza multinacional capitaneada por Estados Unidos continúa resquebrajándose. Ayer el Parlamento de Bulgaria dio luz verde a la retirada a finales de este año de los 460 soldados búlgaros que hay desplegados en Irak. La decisión de los diputados se ha producido un mes y medio antes de que el país celebre elecciones legislativas, en las que parte como favorito el partido socialista (excomunistas), la principal fuerza de la oposición al actual Gobierno de centroderecha.

El diario The Washington Post , por su parte, aseguró en su edición de ayer que el alto mando estadounidense sospecha que el terrorista jordano Abú Musab al Zarqaui, el hombre más buscado de Irak, recibió asistencia médica a finales del mes de abril en un hospital de Ramadi.