El hombre fuerte del régimen iraní, el guía supremo ayatolá Alí Jamenei, descartó ayer toda posible negociación con Estados Unidos. «Responsables iranís nunca hablarán con responsables estadounidenses. Esto forma parte de su política para ponernos máxima presión», dijo en un discurso. Mientras, Washington coordina con Riad una respuesta a los ataques del sábado a dos refinerías saudís de los que EEUU y Arabia Saudí responsabilizan a Irán.

A juicio de Jamenei, la estrategia de Washington consiste en arrastrar a Irán a la mesa de negociaciones a través de «sanciones y amenazas», como las lanzadas estos días con motivo de los ataques a las refinerías. Desde la cumbre del G-7 del pasado mes de agosto se especuló con un cara a cara entre el presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo iraní, Hasán Rohaní, a finales de mes en la Asamblea General de la ONU.

La acción bélica contra las refinerías mantiene máxima alerta al resto de países de Oriente Próximo, como Kuwait, Israel, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, aliados del régimen saudí. «Ha sido un acto de agresión. Defenderemos nuestro territorio. Habrá consecuencias», dijo ayer la casa real de los Saud.

Teherán niega cualquier implicación en el suceso que fue reivindicado por los rebeldes yemenís hutís, aliados de Irán. Trump dijo el domingo tener las armas «preparadas y cargadas» para una posible respuesta militar si Riad se lo pide. Ayer viajó a Arabia Saudí el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo.

LOS MISILES DE IRÁN / Fuentes de la investigación estadounidense y saudís, citados por la CNN, afirmaron ayer que hay una «alta probabilidad» de que los misiles que impactaron en las refinerías fueran lanzados desde territorio iraní.

En otro gesto de respuesta a EEUU, el Ministerio de Asuntos Exteriores iraní confirmó que una delegación de talibanes ha viajado a Teherán tras la rotura de las negociaciones de paz con EEUU la semana pasada. Antes de viajar a la capital del Estado persa, los insurgentes afganos se plantaron en Moscú para recabar apoyos internacionales en contra de Trump.

También ayer, la justicia iraní acusó a tres australianos de espionaje. Dos de ellos llegaron a Irán hace unas semanas, y fueron capturados mientras volaban un dron para grabarse. La tercera australiana es Kylie Moore-Gilbert, profesora universitaria, que lleva casi un año en la cárcel y que ha sido condenada a 10 años en prisión.