Irán ha anunciado hoy el diseño y la fabricación de una tercera generación de centrifugadoras de enriquecimiento de uranio, en lo que constituye un nuevo desafío a la comunidad internacional por parte del régimen de Teherán.

El presidente iraní, Mahmud Ahmandineyad, ha inaugurado la fabricación hoy mismo de esta tercera generación de centrifugadoras, seis veces mas rápidas que la primera, y una maqueta de placas de combustible para el reactor de Teherán.

Ahmadineyad ha afirmado que en la tecnología nuclear su país ha llegado a un lugar donde ninguna potencia puede impedir su desarrollo. El presidente iraní ha hecho esta declaración durante el acto de conmemoración del Día nacional de la Energía Atómica en Teherán, en el que se han presentado las maquetas de la tercera generación de centrifugadoras.

INTERVENCIÓN TELEVISADA

"Tenemos previsto colocar en las instalaciones de Natanz (en el centro de Irán) 60.000 centrifugadoras, cuyo producto de un año serviría para abastecer a una central nuclear, pero con esta nueva generación podemos abastecer a seis", ha dicho Ahmadineyad durante el acto, transmitido en directo por la televisión pública.

El mandatario iraní ha felicitado a sus conciudadanos por este logro y ha dicho que se trata de un éxito no solo para Irán sino para todo el mundo. Ahmadineyad ha añadido que, con el diseño de estas centrifugadoras, Irán ya no necesita construir nuevas instalaciones para enriquecer uranio aparte de las de Natanz.

CAMINO IRREVERSIBLE

"El camino del pueblo iraní es hoy día irreversible, y ha llegado a un punto donde ninguna potencia puede impedir su desarrollo nuclear", ha agregado.

El régimen iraní está en pugna con gran parte de la comunidad internacional sobre su controvertido programa nuclear al rechazar suspenderlo, tal como pide esta comunidad.

INTENCIONES OCULTAS

Países como EEUU, el Reino Unido, Francia, Alemania o Israel acusan a Irán de ocultar bajo su programa nuclear civil otro de naturaleza clandestina y ambiciones bélicas cuya meta sería adquirir armas atómicas, imputación que Teherán rechaza.

Desde el pasado mes de febrero, Washington, apoyado por Londres, París y Berlín, trata de consensuar nuevas sanciones internacionales contra Irán.