Las autoridades de Irán volvieron ayer a desafiar a Occidente y rompieron los precintos colocados por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) en varios centros de investigación nuclear del país, incluidos los de la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz. La reanudación de las investigaciones sobre combustible nuclear por parte de Teherán generó críticas unánimes en los países occidentales, y Washington volvió a evocar la posibilidad de elevar el contencioso al Consejo de Seguridad de la ONU.

En una intervención televisada, el vicejefe de la Organización de Irán para la Energía Atómica, Mohamed Saeedi, anunció que su país había puesto de nuevo en marcha su programa de experimentación atómica.

PLANTA SECRETA El dirigente quiso subrayar que los trabajos en la planta de Natanz --cuya existencia fue mantenida en secreto durante muchos años y sólo fue revelada en el 2002 por la oposición iraní en el exilio-- se hallan bajo la supervisión de la AIEA, y aseguró que su Gobierno había llegado a un pacto con la agencia que dirige Mohamed el Baradei sobre las actividades que se iban a realizar, aunque no ofreció detalles sobre el supuesto acuerdo.

El propio El Baradei precisó que Teherán pretendía enriquecer uranio a "pequeña escala", y pidió "total transparencia" al Gobierno iraní.

Desde Bruselas a Washington, la reacción de condena fue unánime, aunque las mesuradas declaraciones públicas de los dirigentes occidentales demostraron que aún no hay consenso acerca de la estrategia a seguir para responder al desafío iraní. Elevar el problema al Consejo de Seguridad de la ONU es una de las opciones que se barajan.

"Este es un paso en la dirección equivocada; estamos muy preocupados y se están produciendo consultas dentro de la UE para coordinar una respuesta", declaró Cristina Gallach, portavoz del representante europeo para la Política Exterior, Javier Solana, quien consideró que Irán ha violado acuerdos previos.

Con mayor contundencia se pronunció el ministro de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, cuyo país participa en las negociaciones a tres bandas con Irán. Según el dirigente, altos funcionarios alemanes se reunirán con Solana y con representantes de Francia y del Reino Unido para decidir si hay "base alguna para continuar las negociaciones con Irán".

El titular de Exteriores británico, Jack Straw, se interrogó sobre las pretendidas intenciones pacíficas del programa nuclear iraní. EEUU, por su parte, advirtió de que, si Teherán no respeta sus obligaciones, "no habrá otra opción que recurrir a la ONU", dijo Scott McClellan, portavoz de la Casa Blanca.