El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) dejó caer ayer un jarro de agua fría sobre las esperanzas de una rápida solución negociada al contencioso nuclear iraní. El último informe confidencial de la OIEA divulgado en Viena puso de manifiesto que los iranís siguen adelante con su polémico plan.

Justo el martes, cuando el responsable de la política exterior europea, Javier Solana, presentaba en Teherán un paquete de incentivos para convencer a Irán de que suspenda el enriquecimiento de uranio, esa actividad se aceleró en el centro de Natanz. Según el informe de la agencia nuclear de la ONU, "el 6 de junio técnicos iranís introdujeron uranio en gas (UF6) en una cascada de 164 centrifugadoras". La interrupción del enriquecimiento de uranio es la condición impuesta a Irán para negociar. Pero la OIEA es tajante: No hay pausa en el enriquecimiento de uranio desde que este proceso comenzó el 11 de abril.