Una de cal y otra de arena. Un día después de que el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed el Baradei, certificase que Irán había continuado con sus actividades para enriquecer uranio, el Gobierno iraní propuso permitir a los inspectores de la agencia realizar visitas a sus instalaciones atómicas sin notificación previa, a cambio de que el dosier abandone el Consejo de Seguridad. No obstante, Teherán no tiene intención de detener su programa para elaborar combustible nuclear, principal exigencia de Occidente, según se desprende de las declaraciones, ayer, de Mohamed Saeedi, número dos de la Organización para la Energía Atómica de Irán.

En la televisión estatal, Saeedi declaró: "Si el caso regresa a la agencia la OIEA otra vez, reanudaremos la aplicación del Protocolo Adicional" del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Dicho protocolo permite visitas sorpresa a las instalaciones atómicas de un país. "Creemos que podemos solventar las cuestiones mencionadas en el informe de ocho páginas de El Baradei muy rápidamente", subrayó Saeedi, antes de prometer que el programa de enriquecimiento de uranio "continuará". El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ya proclamó, en tono desafiante, que su país tiene "el derecho absoluto a utilizar tecnología nuclear civil".

REACCIONES MESURADAS El Consejo de Seguridad anunció que ya prepara una resolución, que podría debatirse la semana próxima. Su punto más polémico será la inclusión o no de una referencia al capítulo 7 de la Carta de la ONU, que abre el camino a una acción militar.