La palpable tensión entre Irán y el frente formado por EEUU y la Unión Europea para convencer a Teherán de que suspenda su programa nuclear aumentó ayer en las Naciones Unidas, donde el nuevo presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, echó más leña al fuego al afirmar que está "dispuesto a compartir la tecnología nuclear con los países musulmanes que quieran".

El radical Ahmadineyad hizo estas declaraciones durante un encuentro con el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, informó la agencia oficial de noticias iraní IRNA. Esta agencia explicó que el presidente del país persa se reunió también con los líderes de Kuwait, Líbano, Jordania y Chile, aprovechando la cumbre de la ONU que se celebra en Nueva York y cuyas sesiones acaban hoy.

IMPORTAR EL COMBUSTIBLE Irán asegura que su programa nuclear tiene como fin producir energía, pero la Casa Blanca le acusa de intentar hacerse con armas nucleares. El pasado noviembre, Teherán aceptó suspender su programa para enriquecer uranio e inició negociaciones con Gran Bretaña, Francia y Alemania, conversaciones en las que éstos intentaron convencer al régimen de los ayatolás de que se avenga a importar combustible para sus reactores nucleares en lugar de fabricarlo. Sin embargo, tras la victoria de Ahmadineyad, en junio, Irán reanudó sus actividades nucleares y los representantes europeos rompieron el diálogo.

En su discurso ante la ONU, Ahmadineyad denunció la amenaza de sanciones que esgrimen Washington y sus aliados europeos. "Cualquier permiso para tomar medidas preventivas basadas en el cálculo de intenciones más que en hechos objetivos es una contradicción flagrante de los fundamentos de la ONU", recalcó. Ante la Asamblea General, Ahmadineyad lanzó una diatriba contra el "unilateralismo", en una crítica directa a Estados Unidos y su invasión de Irak, e instó a la ONU a combatir esa "insidiosa enfermedad".

La Casa Blanca respalda la vía diplomática para frenar las ambiciones iranís, preocupantes en la ya turbulenta zona de Oriente Próximo. Con el enorme coste humano y económico que están suponiendo la posguerra iraquí y los estragos del Katrina , el Gobierno de George Bush no puede permitirse ahora un nuevo enfrentamiento bélico.

VOTOS INSUFICIENTES Los aliados occidentales han intentado que la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) traspase al Consejo de Seguridad de la ONU la posible imposición de sanciones a Irán, por su negativa a detener sus actividades nucleares. "Si un Estado incumple sus obligaciones al abrigo del Tratado de No Proliferación, es legítimo referirlo al Consejo de Seguridad, una vez agotado el diálogo", amenazó en la ONU el primer ministro francés, Dominique de Villepin.

Sin embargo, la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, reconoció ayer que EEUU y sus aliados no cuentan con votos suficientes para que el consejo de los 35 gobernadores de la AIEA apoye la propuesta de sanciones contra Irán en la reunión del lunes, por lo que es probable que retrasen su solicitud.

"Seguramente tendremos que seguir trabajando en ello", afirmó Rice, mientras los ministros de Exteriores de Francia, Alemania y Gran Bretaña trataban de reunirse en la ONU con su homólogo iraní.

Por su parte, Mahmud Ahmadineyad anunció que mañana planteará nuevas propuestas para intentar salir de esta crisis.