Los iranís votaron ayer para elegir al próximo presidente de la República Islámica. Los primeros indicios confirman que esta consulta electoral es la más incierta de las celebradas hasta ahora. Ante la escasa afluencia de votantes, visible en Teherán, el Gobierno iraní amplió tres veces (cuatro horas) el horario de apertura de los colegios electorales. Las autoridades redoblaron sus esfuerzos para dar la impresión de que la asistencia a las urnas estaba siendo mayoritaria. Está previsto que los primeros resultados electorales se conozcan hoy.

El régimen iraní, dominado por el ayatolá Alí Jamenei, guía supremo de la Revolución, ha hecho de la participación en estas elecciones presidenciales su bandera, por lo que una abstención alta podría interpretarse como un rechazo al sistema que ha dominado el país desde la revolución islámica de 1979.