Tras numerosas movilizaciones de gobiernos y oenegés de todo el mundo, la Embajada iraní en Londres ha informado de que Sakineh Mohammadi Ashtiani, una ciudadana iraní acusada de adulterio, no será ejecutada por lapidación.

En su comunicado, la Embajada califica de "falsas" las informaciones difundidas sobre la inminente lapidación de Ashtiani, que -según varias denuncias- lleva cinco años en la cárcel y ha recibido 99 latigazos. La mujer, que tiene 43 años y es viuda, fue acusada de mantener "relaciones ilícitas" con dos hombres supuestamente antes de la muerte de su marido.

El secretario de Estado del ministerio británico de Exteriores, Alistair Burt, había asegurado que la lapidación "es un castigo medieval que no tiene sentido en el mundo moderno" y que su aplicación por el régimen iraní "demuestra un flagrante desprecio de sus compromisos en materia de derechos humanos".

"Este tipo de castigo apenas se ha aplicado en Irán", indica la nota de la Embajada, que cita expresamente a Burt. El comunicado añade que la lapidación no se menciona en el proyecto de Código Penal Islámico que estudia actualmente el Parlamento iraní.

CONDENA DE EEUU

EEUU también instó ayer a Irán a no ejecutar a Ashtiani y calificó la lapidación de una práctica "bárbara" y "abominable". "Condenamos rotundamente el uso de la lapidación, donde quiera que ocurra, como forma de dar legalmente muerte a alguien mediante la tortura", declaró Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado.

También el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, John Kerry, calificó la lapidación de "castigo bárbaro y horrible" y exigió a Teherán su abolición.

El dramaturgo David Hare, los actores Robert Redford, Emma Thompson y Juliette Binoche y la diseñadora Katherine Hamnett se han sumado a una campaña internacional a favor de la liberación de la mujer iraní.

CLEMENCIA Y JUSTICIA

El hijo de Ashtiani, Sajad Ghadarzade, de 22 años, ha enviado una carta a las organizaciones de derechos humanos en la que negaba las acusaciones de adulterio contra su madre y se quejaba de que las máximas autoridades del país hubiesen rechazado sus peticiones de clemencia. En la carta, de la que informó ayer The Times, Ghardazade denunciaba "la falta de justicia en este país".

Para hoy y mañana se habían anunciado protestas frente a las embajadas de Irán en Londres y otras capitales europeas.