Cuando Isel América Vilanova visitó Cuba tras vivir un par de años en Cáceres, "fue como viajar del futuro al pasado. No podía creer que había pasado mi vida allí, con esa miseria, desolación...". Echa de menos su tierra, "como cualquier cubano", pero sabe que su vida y, sobre todo, la de su hijo, están en España. Y cree que Cuba "ahora no es un país vivible". Por ello, recibe "con esperanza" el anuncio de Castro: "Es hora del cambio, él ha sido nuestro líder, pero toca que gobierne gente nueva, con nuevas ideas. La revolución ya no es posible", afirma convencida. Mientras mira al futuro con esa ilusión, intenta que su madre --que también se ha trasladado a la región-- pierda el miedo.