Los islamistas han convocado para este viernes una jornada de protestas, bautizada como "viernes de la ira", mientras que el Ejército ha aumentado su despliegue en el centro de El Cairo, en previsión de posibles disturbios. El Gobierno provisional ha admitido que el asalto policial a los dos campamentos cairotas causó 638 muertos --entre ellos, 43 policías-- y casi 4.000 heridos, tanto en la capital del país como en los disturbios ocasionados en distintas ciudades egipcias.

La islamista Coalición Nacional de Defensa de la Legitimidad, que engloba a varios grupos como los Hermanos Musulmanes, hizo un llamamiento a sus seguidores para celebrar manifestaciones tras el rezo musulmán del viernes. En un comunicado, en la página web de la Hermandad, instó a sus simpatizantes a llevar a cabo concentraciones en varias mezquitas, aunque les pidió que lo hagan sin violencia.

"Pese a la pérdida de mártires y heridos, los crímenes del régimen golpista nos hacen insistir en nuestro rechazo hacia él", señala el texto, que subraya que "es un deber islámico, patriótico y moral".

En la plaza de Tahrir y los puentes del Nilo

En previsión de posibles disturbios, el ejército ha reforzado su presencia en el centro de El Cairo, sobre todo, en las inmediaciones de la plaza de Tahrir y en los puentes sobre el río Nilo, horas antes de las manifestaciones. Todas las calles que acceden a Tahrir han sido cortadas por los militares, que han enviado a la zona carros blindados de refuerzos.

Los soldados también impiden la circulación en algunos de los puentes, aunque en uno de los principales de la capital, el de 6 de octubre, han dejado un carril operativo.

La organización Tamarrud, instigadora de las protestas previas al golpe de Estado que depuso al presidente, el islamista Mohamed Mursi, alentó a los ciudadanos a formar comités populares para proteger las calles y los templos religiosos. En declaraciones a la televisión estatal, uno de los dirigentes del grupo, Mahmud Badr, consideró que "hay un peligro grande para el pueblo egipcio", por lo que animó a los ciudadanos a salir a las calles en comités populares.

Egipto se ha sumergido en una espiral de violencia desde el miércoles pasado cuando la policía atacó dos acampadas de los islamistas en El Cairo para desmantelarlas.