Un total de siete cristianos, entre ellos un niño y cuatro mujeres, murieron carbonizados el pasado sábado y otros 15 resultaron heridos después de que una turba de radicales islámicos prendieran fuego a medio centenar de casas de la localidad de Gojra, en la provincia del Punjab, al noreste de Pakistán.

Los incidentes interreligiosos empezaron el jueves cuando los musulmanes acusaron a un grupo de cristianos de haber profanado El Corán. "Una multitud de musulmanes enfadados y dirigidos por predicadores quemaron varias casas de cristianos", informó ayer en un comunicado la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán. El presidente del país, Asif Alí Zardari, hizo un llamamiento a la concordia entre las dos comunidades. Sin embargo, las autoridades informaron ayer de varias detenciones.