"Somos el partidos de la luz, de la justicia y de la buena gestión", afirmaba Abdul, un militante del partido islamista de la Justicia y el Desarrollo (PJD), quien ayer por la tarde, en el mitin de su partido, entregaba folletos bajo un parasol blanco con un quinqué. El aparato del partido ha cuidado la propaganda. El color blanco y el quinqué estaban por todas partes.

La campaña electoral marroquí comenzó hace dos días. Sin embargo, en el ambiente de las calles del centro de Casablanca nada ha cambiado. Solo de vez en cuando se puede ver algún cartel que recuerda el día de las elecciones, el 7 de septiembre. Ese día se dilucidarán dos incógnitas. Por un lado, ¿cuánta importancia tienen las elecciones para los marroquís? y, por otro, ¿los islamistas del PJD realmente tienen tanto peso en Marruecos?

En el 2002 solo un 56% del electorado acudió a las urnas. Este año, según la encuesta Daba 2007, un 69% tiene intención de hacerlo, sin embargo, un 70% todavía no sabe a quién votará y solo el 55,6% del total de inscritos ya han retirado su tarjeta electoral. Así que es fácil imaginarse que la participación no será masiva.