El secuestro y el asesinato de rehenes se ha convertido en los últimos días en la principal arma de los insurgentes iraquís contra la presencia militar extranjera, las empresas que trabajan en la reconstrucción del país y el propio Gobierno de Bagdad. La multiplicación de la toma de rehenes se materializó ayer con el secuestro de 15 miembros de la Guardia Nacional iraquí y de tres libaneses, mientras que un grupo anunció la ejecución de tres kurdos iraquís.

A punto de cumplirse el ultimátum que pesa sobre los dos norteamericanos y el británico, el secuestro de las italianas Simona Pari y Simona Torretta parecía complicarse ayer al saberse que fueron vendidas al grupo liderado por el jordano Abú Musab al Zarqaui, líder de Al Qaeda en Irak. En cuanto a los dos periodistas franceses, ayer no se confirmó el rumor del sábado de que habían sido liberados.

La cadena qatarí Al Jazira mostró ayer un vídeo en el que hombres armados exigían la liberación de un clérigo shií vinculado a Moktada al Sadr y amenazaban con ejecutar a sus rehenes, todos ellos miembros de la Guardia Nacional iraquí. Representantes de Sadr negaron vinculación alguna con el secuestro.

TRES LIBANESES RETENIDOS El número de extranjeros secuestrados en Irak se incrementó después de que el Gobierno de Beirut confirmara que tres libaneses, empleados de una agencia de viajes, fueron secuestrados en la carretera de Bagdad a Faluya. La policía dijo que 12 camioneros turcos han sido asesinados o secuestrados desde el sábado. El grupo Ansar al Sunna, que se atribuyó el asesinato de 12 nepalís en agosto, aseguró haber decapitado a tres kurdos.

El diario La Repubblica , que citaba como fuente a los servicios de espionaje norteamericanos, aseguraba ayer que la captura de las dos cooperantes italianas había sido realizada por delincuentes comunes que después las vendieron al grupo de Zarqaui. La información fue confirmada por el viceministro iraquí de Exteriores, Hamid al Bayati.

El diplomático iraquí dijo que las dos jóvenes, secuestradas el 7 de septiembre en Bagdad junto a dos iraquís, se encontraban ahora en Faluya en manos del grupo de Zarqaui, que también secuestró a dos ingenieros de EEUU y a uno británico.

La violencia sigue. En Samarra, la explosión de un coche bomba causó tres muertos. En Faluya, cuatro personas murieron en dos bombardeos.