La operación emprendida el jueves por las fuerzas especiales del Ejército de Argelia para liberar a los ciudadanos occidentales retenidos por rebeldes islamistas en una planta de gas del centro del país todavía sigue abierta, pese que en un principio las autoridades habían dado por finalizado el asalto. Las fuerzas argelinas solo controlan una pequeña parte de la planta. El resto sigue bajo el poder de los yihadistas, según ha informado la agencia nacional APS.

Sigue la incertidumbre sobre el número exacto de víctimas del asalto, aunque las últimas cifras barajadas, según fuentes de los secuestradores, hablaban de 34 rehenes y de 15 terroristas muertos en el bombardeo para rescatar a los occidentales. Unos 600 trabajdores argelinos y unos 40 occidentales fueron retenidos el miércoles por un grupo vinculado a Al Qaeda en la planta de gas de In Amenas, situada a 1.300 kilómetros de la capital del país.

A pesar de que algunas fuentes habían dado por cerrada la operación, el Foreing Office británico ha puntualizado en un comunicado que la la situación "sigue en curso" y que el primer ministro británico, David Cameron, se ha mantenido en contacto con su homólogo argelino Abdelmalek Sellal. El ministerio de Exteriores aún no sabe con exactitud el número exacto de británicos fallecidos aunque las primeras informaciones hablaban al menos de uno. Cameron, que ha creado un gabinete de crisis, ha asegurado públicamente que el Reino Unido debe prepararse para recibir "malas noticias" porque la situación de los rehenes en Argelia es "extremadamente difícil".

En Japón, país que al menos tiene una quincena de ciudadanos entre los secuestrados, el embajador de Argelia ha sido convocado por el ministro japonés de Exteriores para plantearle sus quejas por la gestión de la crisis que ha derivado en una matanza de los rehenes.