Los ataques de soldados israelís contra las manifestaciones que se llevan a cabo desde hace casi un año en la frontera entre Gaza e Israel podrían ser «crímenes de guerra o contra la humanidad», según concluyó la comisión independiente de la ONU que investiga esos hechos en el informe que presentó ayer en Ginebra.

La comisión «tiene bases razonables para creer que durante la Gran Marcha del Retorno los soldados israelís cometieron violaciones de los derechos humanos y la ley humanitaria, en algunos casos que constituyen crímenes de guerra o contra la humanidad, y deben ser inmediatamente investigadas por Israel», afirmó el presidente de la comisión, el argentino Santiago Cantón.

Los resultados de la investigación se presentaron en la 40ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que comenzó con la proyección de vídeos de las protestas en Gaza y una descripción de los incidentes relacionados con muertes y lesiones de palestinos. Cantón señaló que su comisión había llegado a la conclusión de que la gran mayoría de los manifestantes palestinos estaban desarmados cuando les dispararon y lamentó que el Gobierno israelí no hubiera cooperado en la investigación.