La Comisión Israelí de la Energía Atómica confirmó ayer que sus representantes compartieron mesa de debate con una delegación iraní en una conferencia a puerta cerrada celebrada el pasado mes de septiembre en El Cairo sobre la proliferación nuclear en Oriente Próximo. Una de sus portavoces aseguró que "no hubo diálogo ni interacción" entre las partes aunque, según reveló el diario Haaretz , coincidieron durante dos días junto a funcionarios de varios países árabes. Sin embargo, Irán negó el encuentro y describió la noticia como una "operación psicológica para socavar el éxito" de sus recientes negociaciones internacionales.

No es la primera vez que israelís e iranís dialogan o coinciden en foros internacionales desde la instauración de la República Islámica en 1979. La última reunión, celebrada el año pasado en Jordania entre los ministros de Ciencia de ambos países, generó un escándalo en Irán.

Esta última revelación coincide con la cuenta atrás para la respuesta de Irán, EEUU, Rusia y Francia al preacuerdo alcanzado en Viena para desbloquear el contencioso nuclear iraní. La propuesta sobre la mesa ofrece a Irán la posibilidad de enriquecer uranio para fines civiles en un tercer país. El portavoz adjunto del Parlamento iraní, Mohamed Reza Bahonar, aseguró ayer que la oferta es "inaceptable", aunque habrá que esperar a la decisión de Teherán. Israel guarda silencio, pero no está contento: considera que el acuerdo permitiría a Irán ganar tiempo y daría legitimidad a su programa nuclear, según subrayó la radio estatal israelí.