Israel dio ayer carpetazo a la investigación del asalto al buque turco Mármara Azul, acaecido el pasado 31 de mayo en aguas internacionales cuando pretendía romper el bloqueo de Gaza y saldado con la muerte de nueve activistas turcos. La comisión Turkel, nombrada a instancias del Gobierno, defendió la legalidad de la operación militar y responsabilizó a los pasajeros del buque de la violencia. Según su dictamen, los soldados israelís dispararon contra los activistas en defensa propia. El Gobierno turco se mostró "consternado" y restó "credibilidad" a la investigación.

Las 245 páginas de la comisión, presidida por el exmagistrado del Supremo, Yaakov Turkel, y supervisada por dos observadores extranjeros, respalda la versión israelí. "Al resistirse a su captura, el Mármara Azul pasó a ser un objetivo militar", afirma.