El Gobierno del primer ministro israelí, Ehud Olmert, puso ayer en libertad a 198 presos palestinos --dos acusados por delitos de sangre-- "como gesto de buena voluntad" hacia el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás. La medida de gracia coincidió con la llegada a Jerusalén de la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, que intenta acelerar el proceso de paz israelo-palestino iniciado en Annápolis.

Los liberados --194 hombres y 4 mujeres-- salieron de la cárcel israelí de Ofer a primera hora de la mañana. Después fueron conducidos en autobús hasta el puesto fronterizo de Beitunya y de ahí hasta Ramala, donde les esperaban sus familiares y amigos. "Los presos son un símbolo de la resistencia. Pero la alegría no es total porque aún siguen en la cárcel 11.000 prisioneros. No habrá paz con Israel sin la liberación de todos", dijo Abbás.

Entre los liberados está el preso que ha pasado más años encerrado en una cárcel israelí, 31 en total. Se trata de Said Attaba, de 56 años, que fue detenido y condenado a cadena perpetua en 1977 por matar a una mujer israelí y herir a decenas de personas en un atentado. Otro de los agraciados es Mohamed Abú Alí, en prisión desde 1980 también por un delito de sangre.

Un portavoz del Ejecutivo israelí calificó ayer la medida de gracia como "un gesto de buena voluntad" hacia el presidente Abbás, "nuestro interlocutor en el proceso de paz". La oposición, sin embargo, criticó con dureza la medida. "No sirve para nada, solo para liberar a terroristas", dijo el exprimer ministro derechista Benyamin Netanyahu.

La visita de Rice a la zona --la séptima en los últimos nueve meses-- tiene como objetivo lograr que se cumpla lo acordado en la conferencia de paz de Annápolis (EEUU), entre ellos la creación de un Estado palestino. "Seguimos con el mismo objetivo, que es conseguir un acuerdo antes de que acabe este año", según aseguró Rice.