Lanzamiento de globos, caravanas de motos, lazos amarillos... Israel conmemoró ayer el cuarto aniversario del secuestro del soldado Gilad Shalit, capturado por tres milicias palestinas el 25 de junio del 2006, en una incursión a una base militar israelí junto a la frontera con Gaza. Shalit está desde entonces en manos de Hamás, en algún lugar de la franja y privado de todo contacto con el mundo exterior. Familiares y amigos del soldado ultiman los preparativos de una marcha, de 12 días de duración, para exigir al primer ministro, Binyamin Netanyahu, que cierre con Hamás un acuerdo de canje de prisioneros que permita obtener la liberación de Shalit.

La marcha saldrá mañana domingo de Mitzpé Hila, el pueblo en el que reside la familia del soldado en la Galilea (norte de Israel). Tras un recorrido a pie de 200 kilómetros, los organizadores planean llegar a Jerusalén el 8 de julio y celebrar un acto multitudinario frente a la residencia oficial de Netanyahu.

Según una encuesta publicada ayer por el diario Yediot Aharonot, el 72% de los israelís está a favor de un canje de Shalit por cientos de presos palestinos.

En Tel-Aviv, un convoy de motoristas pasó por delante de las embajadas de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. En la legación de Francia fueron recibidos por el embajador, ya que Shalit posee también la nacionalidad francesa. En Sderot y en Haifa se lanzaron globos y en varias ciudades hubo manifestaciones.