No pueden ir mejor las cosas para las fuerzas de seguridad israelís, que al final del primer día de evacuación forzosa de los asentamientos de la franja de Gaza presumen de unas cifras mejores de lo esperado a estas alturas: de los 21 asentamientos que hay en la franja, ocho ya han sido totalmente evacuados y otros dos están casi vacíos. Los desalojos de ayer se produjeron en medio de una gran carga emocional pero sin violencia, salvo esporádicos incidentes. Las malas noticias vinieron de Cisjordania, donde un colono mató a tres palestinos, en el segundo atentado en dos semanas de extremistas judíos contra árabes.

Los 15.000 soldados y policías perfectamente equipados y entrenados que ayer entraron en la franja para empezar a desalojar asentamientos fueron un argumento demasiado poderoso para los colonos que pretendían resistirse. La jornada fue casi idéntica en todas las colonias evacuadas: una gran carga emocional, atrincheramientos en sinagogas, insultos contra los soldados y policías, lágrimas en ambos bandos, algunos neumáticos y basura quemados, muchos nervios, escenas de histeria colectiva entre los colonos, y mucha paciencia por parte de las fuerzas de seguridad. Y, al final del día, una caravana de autobuses transportando a cientos de colonos a sus nuevos hogares.

INMOLACION El incidente más grave se produjo en un puesto de control fuera de la franja, donde una colona se prendió fuego, causándose quemaduras en el 60% de su cuerpo. La colonia de Neve Dekalim volvió a ser el epicentro de la resistencia más violenta, ya que allí hubo de nuevo forcejeos entre los colonos y las fuerzas de seguridad --los radicales les lanzaron huevos y botellas de agua--, que se saldaron con 60 detenidos. Aún así, según fuentes policiales, la mitad de los residentes ya han abandonado la colonia y se pre- vé que el desalojo finalice hoy. El principal escollo con el que se encontrarán los militares son los centenares de radicales procedentes de fuera de la franja que hay en la capital de Gush Katif.

La mayoría de los asentamientos que se desalojaron ayer eran considerados de los más duros, por lo que la rapidez de la evacuación llevó a varios portavoces gubernamentales a aventurar que toda la franja podría estar evacuada a principios de la semana que viene, frente a las cuatro semanas previstas. La colonia de Kfar Darom, donde los colonos llevan tiempo atrincherándose, se perfila como el desalojo más difícil que le queda a las fuerzas de seguridad. El primer ministro, Ariel Sharon, hizo ayer un llamamiento a los colonos a "no poner las cosas difíciles a las fuerzas de seguridad". "No es culpa suya. No les hiráis a ellos, heridme a mí", dijo Sharon.

A media tarde, el optimismo entre las autoridades israelís se tornó en preocupación cuando Asher Weisgan, un colono de 38 años de un asentamiento de Cisjordania, mató a tres palestinos en la colonia de Shiloh. Weisgan transportaba a varios trabajadores palestinos cuando detuvo el vehículo, le quitó su pistola a un guardia de seguridad y abrió fuego contra los palestinos. Tras el atentado, el Ejército extremó la seguridad en Cisjordania ante el temor de disturbios en las localidades palestinas, mientras Sharon condenaba el "acto de terrorismo judío". También Washington condenó el crimen.

El atentado fue calificado por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás, alias Abú Mazen , de "crimen perpetrado para sabotear la evacuación de Gaza", pero pidió a los palestinos "contención". Mientras, un portavoz de Hamás anunció "venganza", aunque recordó que el movimiento no tiene intención de que Israel suspenda la evacuación.