El despliegue de 3.000 policías y la escasa capacidad de convocatoria del grupo ultra israelí Revava propiciaron ayer que el intento de los colonos judíos por entrar a rezar por la fuerza en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén acabara sólo con altercados de escasa importancia. Ocho árabes israelís y un policía heridos leves en unas escaramuzas con piedras y un líder de Hamás y nueve miembros de Revava detenidos fue el balance de una jornada que había activado todas las alertas en Jerusalén.

Apenas unas decenas de colonos acudieron al llamamiento de Revava al Muro de las Lamentaciones, desde donde intentaron entrar en vano al recinto sagrado. La policía se empleó con contundencia en algún caso aislado. En la explanada, rezaron unos 15.000 musulmanes.

La policía impidió a los musulmanes menores de 40 años entrar en la mezquita. Y unas decenas de árabes lanzaron piedras a los antidisturbios. Hasan Yusuf, líder de Hamás en Cisjordania, fue detenido por burlar los controles y entrar en la explanada.

La tensa jornada en Jerusalén coincidió con la salida a EEUU del primer ministro israelí, Ariel Sharon, que visitará hoy al presidente de EEUU, George Bush, en Crawford (Tejas) con el fin de escenificar el apoyo de Washington a la evacuación de Gaza.