Los dedos con la señal de la victoria fue la imagen de ayer. Pertenecían a los 334 palestinos liberados por Israel, que fueron acogidos con júbilo por sus familias, amigos y numerosas periodistas de todo el mundo. Pero esta alegría --"un golpe mediático", según los palestinos-- no ocultó la crisis de esta liberación entre los gobiernos de Sharon y de Abu Mazen.

Decenas de palestinos, que esperaban en el puesto fronterizo de Erez --que separa la franja de Gaza de Israel--, se precipitaron hacia el paso militar cuando lo cruzó el autobús con los liberados. A otros cuatro puestos de control en Cisjordania llegaron el resto de prisioneros.

Pero la población ya mostró su descontento por la negativa de Israel de liberar a los cerca de 6.500 palestinos que mantiene encerrados. Por esto y por el rechazo israelí a retirarse de algunas ciudades de Cisjordania, Abu Mazen canceló su encuentro de esta semana con Sharon.