La respuesta israelí al atentado del miércoles en Haifa, en el que murieron 15 personas, fue una sangrienta invasión del campo de refugiados de Yebalia en la Franja de Gaza, en la que murieron 11 palestinos y unos 140 resultaron heridos. Ocho personas fallecieron cuando, según denunciaron fuentes palestinas, un tanque israelí disparó dos bombas de dardos contra un edificio en llamas alrededor del cual había 200 personas.

La operación, en la que participaron unidades de élite, unos 50 tanques, excavadoras y helicópteros, duró unas cinco horas. Tras unos violentos enfrentamientos en el campo de refugiados --el más poblado de la Franja, con 100.000 personas viviendo en tres kilómetros cuadrados-- en el que murieron tres palestinos, ocho más fallecieron por las mortíferas bombas de dardos.

Según testigos presenciales, una multitud observaba cómo los bomberos apagaban el incendio de un inmueble cuando un tanque disparó desde 150 metros dos bombas de dardos --que al estallar expulsan pequeñas y dañinas flechitas-- contra el edificio.

Entre los heridos se encuentra el fotógrafo palestino de la agencia Reuters Ahmed Jadallah, que anoche fue trasladado a un hospital de Jerusalén sin que los militares permitieran a su familia visitarlo. Fuentes hospitalarias informaron de que la identificación de los cadáveres fue muy difícil a causa de su estado.

VERSION DEL EJERCITO ISRAELI

El Ejército israelí afirmó que las muertes no fueron causadas por dos obuses sino por un "potente explosivo" que estaba en el edificio en llamas, situado cerca del lugar donde milicianos y soldados se enfrentaron. Los militares admitieron que un tanque abrió fuego contra un palestino "que sostenía un lanzador de misiles anti-tanques en una calle vacía". Las mismas fuentes afirmaron que en la operación "contra las infraestructuras del terror" un líder de Hamas fue arrestado, y dos casas, destruidas.

La demoledora operación fue criticada por el secretario general de la ONU, Kofi Annan --"desproporcionado y excesivo uso de la fuerza," comentó-- y por varios países europeos. George Bush se declaró "preocupado" por la muerte de palestinos inocentes. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) fue más contundente y en un comunicado no dudó en calificar la dantesca operación de "terrorismo organizado".

En el lado de Israel hubo voces discordantes. Según la radio israelí, el ministro de Asuntos Exteriores, Silvam Shalom, pidió que se retrasara la represalia para que no eclipsara el atentado de Haifa. El presidente, Moshe Katsav, dijo a la radio del Ejército que Israel debería "formular una nueva estrategia contra el terror". Otras operaciones militares realizadas ayer derivaron en la muerte de un supuesto miembro de la Yihad Islámica en Belén y el cierre total de los territorios palestinos.