El ministro de Defensa israelí, Sahul Mofaz, ordenó ayer la movilización de gran número de reservistas, que se destinarán a los territorios ocupados --ahora aislados-- ante el temor a una nueva ola de atentados suicidas durante la fiesta de los Tabernáculos (Sucot) tras el ataque contra un campo de entrenamiento de la Yihad Islámica en Siria. El Gobierno de Ariel Sharon desplazó a la frontera con el Líbano unidades del Ejército, especialmente de artillería, por si Hizbulá ataca.

Los cazas israelís sobrevolaron ayer territorio libanés, incluido el valle de la Bekaa, donde hay unidades sirias. En estado de alerta se encontraban la policía, los servicios secretos internos (Shin Bet) y el Ejército en la frontera con el Líbano. Las ciudades palestinas de Cisjordania quedaron cercadas, mientras el Ejército dividió en 4 secciones la franja de Gaza.

Las grandes precauciones israelís tuvieron lugar en un día de aparente reducción de la tensión entre Israel y Siria, tras el ataque de la semana pasada. El Gobierno de Damasco se mostró decidido a agotar la vía diplomática para responder al bombardeo israelí.

Mediante una declaración oficial, Siria desautorizó las palabras de su embajador en Madrid, Mohsen Bilal, quien previamente había asegurado que su país respondería militarmente a nuevos ataques. "Si Israel ataca a Siria una, dos y tres veces, por supuesto que el pueblo, el Gobierno y el Ejército de Siria reaccionaremos para defendernos", declaró Bilal. A la pregunta de si se refería a una intervención militar, el diplomático destinado en España respondió: "Evidentemente. Si Israel continúa atacándonos y continúa su agresión, por supuesto que reaccionaremos, a pesar de que luchamos por la paz".

Poco después, las autoridades sirias consideraron que estas declaraciones eran una "interpretación personal de la posición oficial" de Damasco, expresada en las cartas dirigidas a la ONU. Siria presentó al Consejo de Seguridad una propuesta de resolución para condenar el bombardeo israelí, pero EEUU bloqueó la iniciativa. El ministro de Transportes sirio, Makram Ubaid, dijo que nadie va a arrastrar a su país a una guerra que no quiere.