Apenas una semana después de la cumbre de Aqaba en la que George Bush escenificó el pistoletazo de salida de su plan de paz --la Hoja de ruta -- para palestinos e israelís, nadie habla de paz en la zona, sino de muertos, heridos, atentados, operaciones militares y venganza. Al menos 24 personas --16 israelís y 8 palestinos-- murieron y más de 100 resultaron heridas en un atentado reivindicado por Hamas en una céntrica calle de Jerusalén Oeste y en un asesinato selectivo en Gaza de dos activistas del grupo islamista. La de ayer fue una de las jornadas más sangrientas desde el inicio de la Intifada, en septiembre del 2000.

El atentado y la represalia militar sucedieron con menos de una hora de diferencia. Sobre las 17.30 horas, un suicida palestino disfrazado de judío ultraortodoxo se inmoló en un autobús de la línea 14 en la calle de Yafa de Jerusalén Oeste, una de las principales arterias comerciales de la ciudad, matando a 16 personas e hiriendo a cerca de un centenar. La fuerte explosión pudo oírse en toda la ciudad. El autobús voló de cuajo y destruyó parte del mobiliario de la zona en un momento en que había mucha gente en la calle. Poco después, unas 200 personas se manifestaron en el lugar al grito de "Muerte a los árabes".

Menos de una hora después, helicópteros Apache israelís dispararon seis misiles contra un vehículo en el que circulaba por el barrio de Sajaiya de Gaza Tito Masud, considerado el líder del brazo militar de Hamas en el norte de la franja de Gaza y acusado por Israel de estar involucrado en el lanzamiento de misiles de fabricación casera Qasam.

Junto a Masud murió otro militante de Hamas y cinco civiles que, literalmente, pasaban por allí. Al menos 35 personas, según fuentes sanitarias palestinas, resultaron heridas en el asesinato selectivo, el segundo contra Hamas que efectúa el Ejército israelí en dos días, tras el intento frustrado del martes de asesinar al portavoz del movimiento fundamentalista, Abdelaziz Rantisi.

Hamas dijo que el atentado de Jerusalén es la respuesta al intento de liquidar a Rantisi. "Es un mensaje a Sharon", se leía en un comunicado emitido por el movimiento islamista, que fue apostillado por el líder espiritual de Hamas, el jeque Ahmed Yasín: "La respuesta continuará". Fuentes israelís afirmaron que el ataque con helicópteros de Gaza no está relacionado con el atentado de Jerusalén y advirtieron de que Israel seguirá atacando a Hamas "si la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no lo hace".

Cogido entre dos fuegos y con la situación fuera de control, el primer ministro palestino, Abu Mazen, hizo un llamamiento a Hamas y a Israel a detener los ataques.