El Gobierno israelí ha presentado una queja a EEUU sobre las últimas filtraciones por parte de los palestinos acerca de las conversaciones de paz, después de que en la última semana varios portavoces oficiales revelaran que estas no avanzan en ninguna dirección.

Itzjak Moljo, negociador y representante personal del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, telefoneó al mediador estadounidense, Martin Indyk, para protestar por el hecho de que los palestinos estén hablando con la prensa acerca del proceso, informa el diario Haaretz en su edición de hoy.

En la última semana portavoces oficiales palestinos se refirieron a las negociaciones con Israel -unos con nombre y otros desde el anonimato- para quejarse de que el proceso no avanzaba y exigir una mayor intervención por parte de los mediadores estadounidenses.

Según el diario, el Gobierno israelí dejó pasar las primeras filtraciones porque provenían de portavoces que no participan en las negociaciones y la información que dieron no era correcta, pero decidieron acudir a Indyk a raíz de unos comentarios del presidente palestino, Mahmud Abás.

El líder palestino fue citado este fin de semana por medios locales dando explicaciones sobre los términos de un posible canje territorial con Israel, y advirtió de que retiraría su apoyo a un intercambio si Netanyahu no se ceñía a acuerdos alcanzados en el pasado, en particular con el anterior primer ministro Ehud Olmert.

El canje territorial es uno de los fundamentos sobre el que las partes trabajan desde hace años para definir las fronteras del Estado palestino sin tener que evacuar a cientos de miles de colonos judíos en territorio ocupado.

También hubo filtraciones sobre propuestas israelíes en materia de seguridad, la creación de un estado palestino con fronteras temporales y otros argumentos llevados a la mesa de negociaciones.

Una fuente del Gobierno israelí aseguró al Haaretz que se trata de información incorrecta y agregó que "la parte palestina no sólo filtra, sino que filtra mal".

Después de tres años de estancamiento, israelíes y palestinos acordaron volver a negociar bajo la mediación de EEUU, que les exigió absoluta discreción y se reservó el derecho de estar en contacto con los medios de comunicación.

Hasta la semana pasada las partes respetaron este acuerdo, pero en los últimos días las filtraciones desde Ramala han proliferado, según el diario, por una aparente frustración palestina de que no se haya producido el más mínimo avance y de que Israel trate de imponer su agenda de seguridad antes de resolver la cuestión de la independencia palestina.

Sobre las fronteras, matiza el diario, los palestinos exigen desde un principio las de 1967 con pequeños canjes territoriales, una fórmula que el actual Gobierno israelí no termina de aceptar y sobre la que no ha adoptado una postura clara.

Una fuente israelí próxima a las negociaciones describió la situación actual de las dos partes como "flotando a la deriva" y consideró que a este ritmo "no irán a ningún lado".

EEUU puso un plazo de nueve meses a las partes para intentar alcanzar un acuerdo de paz.