Israel salió ayer al paso de las críticas formuladas el viernes por el presidente de EEUU, George Bush, contra el muro construido a lo largo de la línea de demarcación con Cisjordania. Un alto responsable israelí afirmó que la construcción de dicho muro "es una obligación, dictada por imperativos de seguridad".

"La edificación de este muro de seguridad no tiene ninguna connotación política. Es una obligación dictada por imperativos de seguridad, para impedir atentados de kamikazes palestinos contra Israel", señaló el alto funcionario.

El polémico muro será sin duda uno de los puntos calientes de la entrevista que Bush mantendrá el martes con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, en Washington. El presidente de EEUU afirmó el viernes que el muro era un "problema" y que hacía "muy difícil instaurar la confianza entre palestinos e israelís".