VERONA. Un apretón de manos dio ayer por superadas las diferencias entre el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y su homólogo alemán, Gerhard Schröder, en Verona, en el primer encuentro oficial entre ambos tras la tormenta política desatada hace dos meses por los insultos del político italiano contra un eurodiputado alemán. "El Gobierno italiano y el alemán no han firmado la paz porque nunca nos habíamos declarado la guerra", dijo Berlusconi. REDACCION