La palabra negacionismo ha acabado por desaparecer del proyecto de ley con el que el Gobierno italiano quiere castigar con penas de hasta tres años de cárcel la difusión de ideas fundadas "en la superioridad y el odio raciales o étnicos". El ministro de Justicia, Clemente Mastella, había proclamado que el proyecto iba a castigar a quienes nieguen el Holocausto judío, lo que le hubiera dotado de un gran peso simbólico al ser presentado en la vigilia de la Jornada de la Memoria de hoy.

Sin embargo, la idea de Mastella había tenido una acogida desigual. Un grupo de 200 historiadores, de derechas e izquierdas, se oponía alegando el temor de que la prohibición "paradójicamente favoreciese la difusión de las ideas de quien niega el exterminio judío". El proyecto prevé penas de seis meses a cuatro años de cárcel para quienes cometen discriminación. La Asamblea General de la ONU adoptó ayer por unanimidad una resolución de "condena sin reservas de toda negación del Holocausto" y avisó de que los esfuerzos negacionistas "acrecientan el riesgo de que estos terribles hechos se reproduzcan".