Roberto Maroni, ministro de Interior del Gobierno conservador de Silvio Berlusconi, causó ayer un nuevo seísmo político en Italia. Maroni, que pertenece a la xenófoba Liga Norte, ha anunciado que enviará una directiva a los delegados del Gobierno para que prohíban las protestas y concentraciones frente a lugares de culto, supermercados y edificios de valor histórico.

La iniciativa de Maroni se produce como respuesta al rezo, el pasado 3 de enero, de un grupo de musulmanes frente al Duomo de Milán, y las manifestaciones contra Israel en los últimos días ante catedrales y el Coliseo.

El ministro subrayó que la medida tiene como objetivo "una mejor regulación de las manifestaciones que permita garantizar el derecho a manifestarse, pero también el derecho de los ciudadanos a poder disfrutar de los espacios de su ciudad".