Las hinchadas futboleras en Brasil se llaman torcidas. Dilma Roussef, la expresidenta que el año pasado fue destituida en lo que ella denomina como un golpe de Estado legal, se ha declarado hincha del mexicano Andrés Manuel López Obrador. «En la torcida para que el amigo pueblo mexicano elija a López Obrador este domingo», escribió el sábado en un tuit. «Será una victoria no sólo de México sino de toda América Latina». Como la exmandataria, dirigentes políticos de varias naciones, como el colombiano Gustavo Petro, la argentina Cristina Kirchner y el ecuatoriano Rafael Correa, expresaron su apoyo al candidato favorito para convertirse en el primer presidente de México que proviene de la izquierda. Pablo Iglesias festejó el «camino ilusionante por la paz, la justicia social y un mundo más democrático y decente» que se abrirá para México. «Desde España, toda la fuerza para AMLO en admiración de un pueblo hermano». En idioma castellano, el francés Jean-Luc Mélenchon anunció «el resurgimiento de una gran nación y el despertar de una esperanza para el mundo».

En el extranjero se refleja el ánimo con el que fueron a votar ayer muchos de los 89 millones de mexicanos registrados en el padrón electoral, en el proceso más grande que ha llevado a cabo este país no sólo por el número de electores, sino también por la confluencia de elecciones: presidente, 500 diputados y 128 senadores, nueve gobernadores, 30 de los 32 congresos estatales y otros 3 mil cargos.

«Votar es la primera responsabilidad de quien exige detener la caída de este país», dijo María Rosa Luna Pérez, un ama de casa que hacía fila en una casilla (centro de votación) del tradicional barrio capitalino de Coyoacán.

«Es nuestra oportunidad de detener a los ladrones y los pillos como Mauricio Toledo». Luna se refería a un joven candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que solía representar a la izquierda y al que abandonó López Obrador, al igual que casi todos los expresidentes de su Comité Ejecutivo Nacional. La organización fue tomada por corrientes internas acusadas de corrupción, Nueva Izquierda y Alternativa Democrática Nacional, lo que provocó un éxodo masivo entre sus miembros.

Toledo logró establecer un feudo en Coyoacán mediante el uso de golpeadores. Su fama pública fue severamente dañada a partir de que, con otros diputados, trató de hacerse con el control de los recursos para la reconstrucción de los inmuebles dañados por el terremoto de septiembre.

Sus operadores están señalados por utilizar programas públicos para la compra de voto. «Imagínate que esos del PRD son tan de izquierda que ahora vienen de aliados del PAN (Partido Acción Nacional, de derechas)», prosiguió la señora Luna Pérez. «Ya ni la burla perdonan».

Las casillas especiales estaban destinadas a aquellos electores que por alguna razón no podían votar en la sección que les correspondía, como quienes estaba ayer fuera de sus ciudades. Con un límite de 750 papeletas, suelen ser insuficientes y se convierten en puntos de conflicto por las personas que se sienten despojadas de su derecho a elegir.

INTIMIDACIONES / En la del Parque México, en la colonia Condesa de la Ciudad de México, a las 12 del mediodía había gente protestando. No sólo porque no pudieron votar, también porque en la madrugada despertaron a muchas personas con llamadas a sus teléfonos móviles: con una grabación, se simula que realizan una encuesta que se convierte en un ataque contra López Obrador: «¿Va usted a votar por el candidato que va a convertir México en otra Venezuela?». Otras pretenden ser llamadas a favor de la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena, el partido de López Obrador) a jefa de gobierno de la capital: «Los que quieren seguir robando en la ciudad contrataron llamadas telefónicas para generar molestia de ciudadanos contra Claudia Sheinbaum, al despertarlos en la madrugada para supuestamente promover el voto a favor de ella», tuiteó César Cravioto, portavoz de la aspirante. «No se dejen engañar, es campaña sucia».