El centroizquierda canta victoria, ya que vuelve a gobernar en Italia, aunque sea a nivel regional. La nueva coalición llamada La Unión, capitaneada por el expresidente de la Comisión Europea Romano Prodi, ha arrasado en los comicios regionales celebrados el domingo y ayer, y ha arrebatado a la coalición derechista Casa de la Libertad, de Silvio Berlusconi, seis de las ocho regiones en las que gobernaba.

Las elecciones regionales han supuesto un nuevo y duro revés revés para Berlusconi y sus aliados, que han visto su imperio reducido a las regiones del Veneto y Lombardía. Liguria, Abruzzo, Apulia, Calabria, Piamonte y Lacio, cuya capital es Roma, pasan a las manos de La Unión, que mantiene también el control de Emilia Romaña, Toscana, Las Marcas, Umbría y Campania.

En algunas de las regiones, la derrota se convirtió en debacle para el centroderecha. "Nos toca un baño de humildad y que Forza Italia reflexione sobre la formación de la coalición", advirtió el portavoz de los senadores del partido Alianza Nacional, Domenico Nania. Roberto Calderoli, de la Liga Norte, tiró dardos envenenados a sus aliados. "Espero que el Gobierno haya entendido que el cambio no tiene que quedarse sólo en el papel, sino que hay que pasar a la acción", dijo refiriéndose a algunas reformas que dividen a la mayoría.

Prodi se felicitó por los resultados. "Cuando estamos unidos y hacemos propuestas, ganamos. Hemos construido La Unión y hemos ganado", subrayó. "Los italianos piden que nos preparemos para gobernar, para hacer crecer al país. Italia necesita credibilidad y esperanza", añadió.

Quizá la ausencia de Berlusconi en la campaña, suspendida debido a la agonía del Papa, pero sobre todo la presencia de la oveja negra de la derecha, la nieta del Duce , Alessandra Mussolini, ha restado votos a la coalición.

PIAMONTE Y LIGURIA El castigo más duro de los electores a Berlusconi ha sido en Piamonte, que ha ido a parar a la candidata de La Unión Mercedes Bresso; y en Liguria, con la victoria del centroizquierda de Claudio Urlando. Berlusconi se limitó ayer a felicitar a los únicos irreductibles: Giancarlo Galan, elegido por tercera vez en el Veneto, y Roberto Formigoni, histórico presidente de Lombardía.

Pero la derrota, más que de la coalición, fue del partido de Berlusconi, que en algunas regiones no consiguió ni el 20% de los sufragios. En el interior de la Casa de la Libertad se anuncia una crisis. Berlusconi no habló, pero sí lo hizo uno de sus aliados, Umberto Bossi, líder de la La liga Norte, que subrayó que es necesario dar un "nuevo empujón reformista" al Ejecutivo.

Entre tantas declaraciones en las que el centroderecha intentaba atenuar la derrota en las regionales, algunos han llegado ha hablar de que la muerte del Papa ha influido a los italianos que acudieron a las urnas.