Los progresistas consolidan su victoria en Roma, Nápoles y Turín, y suben más de ocho puntos, respecto al 2001, en Milán y en la región de Sicilia, aunque sin ganar. Esta era la radiografía que arrojaban anoche los datos provisionales de las elecciones municipales parciales celebradas el domingo y ayer, a las que estaban convocados casi 20 millones de electores de 26 capitales de provincia para elegir 1.200 ayuntamientos y el Gobierno autonómico siciliano.

Las proyecciones indicaban que el centroizquierda se impuso ya en la primera vuelta en Roma, con el 57,7% de los votos; en Nápoles, con el 52%; y en Turín, con el 58,8%. En Milán, tradicional bastión de la derecha, la candidata a alcaldesa de los conservadores, Letizia Moratti, recibía en torno al 50% de los sufragios. De no superarse este resultado, será necesaria una segunda vuelta los próximos 11 y 12 de junio. Los progresistas también conquistaron Arezzo, Grossetto, Crotone y Benevento, administradas por los conservadores.

Desde Bruselas, donde se encuentra para estudiar con las autoridades comunitarias las alarmantes cuentas del Estado, el primer ministro italiano, Romano Prodi, comentó: "Cuando se gana, se gana". Además, rechazó comparar los resultados con los de las generales de abril.

Los resultados definitivos de Sicilia han confirmado la victoria del presidente regional saliente, el democristiano Salvatore Cuffaro, investigado por presuntas relaciones con Cosa Nostra, que logró el 52,9% de los votos. Su adversaria del centroizquierda, Rita Borsellino, hermana del juez asesinado por la mafia, obtuvo el 42% de sufragios.

FIN A LA REVANCHA El éxito electoral del centroizquierda "pone fin a las veleidades de revancha de Berlusconi", comentó Piero Fassino, secretario de los Demócratas de la Izquierda (DS). "Avanzamos en todas las ciudades", añadió Francesco Rutelli, de la coalición de Prodi.