La izquierda uruguaya puso en marcha ayer los mecanismos de diálogo con el Gobierno para garantizar una "transición responsable" que permita a Tabaré Vázquez, el ganador de las elecciones del domingo, asumir sin sobresaltos la presidencia del país el 1 de marzo. Escrutado el 100% de las mesas, Vázquez, de la coalición de izquierdas Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayoría, obtuvo el 50,7% de los votos, contra el 34,1% de Jorge Larrañaga, del Partido Nacional.

En la madrugada de ayer, el perdedor saludó personalmente a Tabaré Vázquez. El Partido Colorado, en el poder, apenas cosechó un 10,3% de los votos.

El presidente de la Corte Electoral, Carlos Urruti, informó ayer de que restaban por contabilizar 32.154 votos emitidos fuera de la circunscripción correspondiente. Por un momento, se pensó que en Uruguay podría suceder algo similar a lo de Florida en el 2000, ya que existía la posibilidad de una segunda vuelta.

ESPECULACIONES "Un cambio de resultado es inconcebible", aclaró Edgardo Martínez, otro ministro de la Corte Electoral, acabando con las especulaciones. Vázquez sólo necesita 708 votos de los que aún no se han contabilizado, y no hay razón alguna para que los resultados varíen. Los números, dijo serán "prácticamente los mismos". Para el diario La República , el "viejo régimen ha cesado" y una "sociedad nueva ya late".

La coalición, en la que convergen exguerrilleros tupamaros, socialistas moderados, comunistas y exintegrantes de partidos tradicionales, tendrá en el Parlamento un apoyo inmejorable.

Según Ultimas Noticias , se da en Uruguay "un Gobierno de izquierda casi omnipotente, donde la oposición tendrá escasa oportunidad de ejercer su papel". Vázquez reiteró ayer su deseo de evitar una hegemonía de la izquierda en los temas políticos y emplazó a sus adversarios a dialogar para "lograr una mayor base popular" en su mandato.