El ultraderechista Jair Bolsonaro, líder en los sondeos de intención de voto para las elecciones presidenciales de octubre en Brasil, fue hospitalizado en un estado "muy grave" con riesgo de muerte, pero ya se encuentra estable y reaccionó "satisfactoriamente" a la operación a la que fue sometido, dijeron los médicos del Hospital Casa de la Misericordia de la ciudad de Juiz de Fora, la segunda mayor ciudad del estado de Minas Gerais (sudeste).

Sin embargo, en la misma medida en que esté en riesgo la vida de este polémico candidato, en esa misma proporción pueden aumentar las tensiones en Brasil, ya que el ataque al diputado y militar de la reserva, enturbió aún más las ya imprevisibles elecciones con un suceso que provocó gran conmoción en el país y llevó a los demás candidatos a cancelar sus agendas de campaña provisionalmente.

Pese a que la Policía detuvo Adélio Bispo de Oliveira, el autor del ataque quien aseguró que es solo una persona indignada con la situación de Brasil y que aparte esta acción se la “ordenó Dios en el cielo”, el atentado contra el líder de las encuestas inmediatamente elevó el nerviosismo de la disputa electoral.

LOS CANDIDATOS REACCIONAN

El ultraderechista es uno de los candidatos más polémicos en la actual disputa debido a que es un defensor de la última dictadura militar en Brasil (1964-1985); ha generado diversas protestas por sus insistentes declaraciones machistas, racistas y homófobas, y enfrenta juicios por discriminación e incitación a la violación.

"Creo que es lamentable", pues "en un país democrático que se respeta no se puede permitir que se acuchille a un candidato ni a nadie", dijo la expresidenta Dilma Rousseff tras visitar en prisión a su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a doce años por corrupción.

Pero, "incentivar el odio crea ese tipo de actitudes", agregó la exmandataria al recordar que, en un reciente acto de campaña, el líder de la ultraderecha dijo que pretendía "fusilar a la 'petralhada'", como muchos se refieren en forma peyorativa a los militantes del Partido de los Trabajadores (PT).

Los demás candidatos presidenciales condenaron el ataque, así como la actual violencia en el país, incluso política, y se pronunciaron en defensa de la democracia y los derechos humanos. "En este momento difícil que atraviesa nuestro país, es preciso velar con rigor por la defensa de la vida humana y por la defensa de la vida democrática", dijo la líder ecologista Marina Silva, segunda en los sondeos con el 12 %. El laborista Ciro Gomes, igualmente segundo con 12 %, mostró su "repudio a la violencia como lenguaje político".

EL LÍDER DE LAS ENCUESTAS

El atentado se produjo un día después de que una encuesta indicara que Bolsonaro, candidato por el Partido Social Liberal (PSL), vencería las presidenciales del 7 de octubre en un escenario sin Lula, cuya candidatura por el PT fue negada por la autoridad electoral, pero que perdería en la segunda vuelta contra sus principales adversarios.

De acuerdo con el instituto Ibope, la intención de voto a Bolsonaro subió desde el 20 % en agosto hasta el 22 % en septiembre, lo que lo convierte en el favorito para vencer la primera vuelta tras la decisión del Tribunal Electoral de inhabilitar a Lula.

El atentado igualmente abrió una duda sobre los efectos que tendrá en las elecciones, aunque los analistas anticiparon que obviamente favorecerá la intención de voto en Bolsonaro, y sobre si el candidato podrá seguir en campaña a sólo un mes de los comicios.

EL REPORTE MÉDICO

Sus médicos dijeron que, pese a que fue ingresado grave y con riesgo de muerte, ahora se encuentra estable y reaccionó "satisfactoriamente" a la operación a la que fue sometido para tratarle un corte en una vena en el abdomen que le provocó una grave hemorragia, así como tres heridas en el intestino delgado y otra en el colon transverso.

"Las lesiones graves que amenazaban su vida fueron identificadas y tratadas en la cirugía, y él ya se encuentra en una unidad de cuidados intensivos, en estado grave pero estable en este momento", explicó el cirujano Luiz Henrique Borsato, que comandó el equipo médico responsable por la operación.

Borsato dijo que el capitán de la reserva del Ejército tendrá que permanecer hospitalizado al menos una semana y que después podrá continuar normalmente con su agenda de campaña, aunque tendrá que regresar al hospital en uno o dos meses para revertir la colostomía que le fue practicada.