El Gobierno nipón comenzará en octubre a probar un sistema para congelar el subsuelo en torno a los reactores de la accidentada central nuclear de Fukushima que busca reducir los vertidos de agua contaminada al mar, informó hoy la cadena NHK.

El muro resultante evitaría que el agua subterránea procedente de unos montes aledaños a la central entrara en los sótanos de los edificios.

Se cree que actualmente unos 400 metros cúbicos penetran diariamente en las estructuras, donde se mezclan con agua del sistema de refrigeración de los reactores, que se filtra también a los sótanos y que está muy contaminada al haber entrado en contacto con los núcleos parcialmente fundidos.

De este modo, en julio la operadora de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), admitió que unas 300 toneladas de agua tóxica van a parar al océano Pacífico a diario.

Está previsto que las pruebas de viabilidad de este sistema arranquen a mediados del mes próximo.

El plan es introducir unas conducciones de metal en el suelo hasta una profundidad de 30 metros.

Una vez enterradas las varas se bombeará cloruro de calcio líquido a 40 grados centígrados bajo cero para congelar la tierra alrededor.

La prueba se realizará en un solar de unos 100 metros cuadrados junto al edificio del reactor 4 para comprobar si realmente el método es capaz de bloquear el paso de agua subterránea.

El Ministerio de Industria nipón espera haber terminado la prueba para finales de marzo de 2015 y comenzar el proceso completo de congelación del suelo inmediatamente después.

La prueba en sí tendrá un coste de 1.300 millones de yenes (casi 10 millones de euros), mientras que el presupuesto total destinado por el Gobierno para este sistema es de 32.000 millones de yenes (243 millones de euros).

Ese monto forma parte de una partida total de 47.000 millones de yenes (357 millones de euros) procedentes del caudal público que el Gobierno aprobó esta semana para solventar las fugas en Fukushima.

Parte de ese presupuesto también irá destinado a atajar filtraciones de agua radiactiva detectadas en el último mes en los tanques que se emplean para almacenar el líquido que se usa como refrigerante para los reactores.

Esas últimas fugas de agua radiactiva han sido calificadas por la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón como un "incidente serio" y han empañado la imagen de la candidatura de Tokio para albergar los Juegos Olímpicos de 2020 a pocos días de que el Comité Olímpico Internacional (COI) elija a la ciudad que será sede del evento.