Tokio Japón conmemoró ayer el 60º aniversario de la batalla de Okinawa --la más sangrienta del Pacífico durante la segunda guerra mundial-- con la voluntad, manifestada por el primer ministro, Junichiro Koizumi, de que nunca más vuelva a ocurrir y con críticas a la permanencia de EEUU en las islas. En la foto, la ofrenda a las víctimas de la batalla, ayer.