La Unión Europea (UE) y Japón acordaron ayer en una cumbre en Luxemburgo, reforzar su cooperación política en la escena internacional y estrechar los lazos económicos y sociales, pese a sus divergencias sobre el plan europeo para levantar el embargo de venta de armas a China. Japón hizo constar en las conclusiones oficiales su "oposición" a la supresión del embargo, impuesto en 1989 tras la represión del movimiento prodemocrático de la plaza de Tiananmen. La UE y Japón suman el 40% de la economía mundial. El primer ministro luxemburgués y presidente semestral de la UE, Jean-Claude Juncker, insistió en que si la UE suprime el embargo, la medida se realizara "de forma que no ponga en peligro la seguridad" de los socios de la UE, como Japón. "No habrá consecuencias materiales al levantamiento del embargo", añadió Juncker, enfatizando que la decisión de la Unión Europea es sobre todo un gesto político hacia China.

Japón y la UE coincidieron en la estrategia diplomática liderada por Europa para alcanzar un acuerdo a largo plazo que garantice el uso pacífico de las actividades nucleares de Irán.