La libertad de prensa y el pluralismo de los medios de comunicación son un pilar esencial de la democracia, ya que son indispensables para que los ciudadanos tengan acceso a una información libre y plural en que basar sus valoraciones y elecciones políticas. La restricción de la libertad y el pluralismo de la prensa, el control sobre la información y la manipulación de la opinión pública conducen a la destrucción de la democracia, a la concentración del poder en una élite socioeconómica y al autoritarismo.

La libertad y el pluralismo de la prensa están garantizados en el artículo 11 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (UE) del 2007. Pero se encuentran gravemente amenazados en numerosos estados de la Unión Europea, debido al control político sobre los medios públicos de comunicación, la reducción del pluralismo de los medios, la asfixia económica y la persecución judicial de los medios críticos, la concentración de la propiedad en pocas manos con agendas políticas y la desprotección de los periodistas.

El informe Monitoring Media Pluralism in the Digital Era ( Supervisión del Pluralismo en los Medios en la Era Digital , en español) del 2020, que acaban de publicar el Instituto Europeo Universitario y el Centro Robert Schuman, detalla estos graves retrocesos que socavan la democracia.

El informe constata que no hay ningún país donde exista un bajo riesgo de reducción de la pluralidad de los medios en la UE, mientras que 16 países (incluida España) se encuentran en una situación de riesgo medio y en otros 11 países el riesgo es muy elevado: Bulgaria, Croacia, Chipre, República Checa, Finlandia, Hungría, Letonia, Malta, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia. El informe destaca que la concentración de la propiedad de los medios es muy alta en la UE, salvo en Francia, Alemania y Grecia, que se sitúan en un nivel medio.

El oligarca Andrej Babis usó la compra de medios de comunicación como plataforma política para convertirse en primer ministro checo, siguiendo el modelo de Silvio Berlusconi en Italia. Otros empresarios han adquirido medios para ponerlos al servicio del Gobierno a cambio de contrapartidas (Hungría, Eslovaquia, Polonia) o para mercadear sus servicios (Bulgaria y Rumania). La independencia política de los medios de comunicación se considera buena en Alemania, Francia, Bélgica, Irlanda, Suecia y Portugal, mientras que la falta de independencia política corre un riesgo muy alto en Chipre, Hungría, Lituania, Malta, Polonia, Rumania y Eslovenia. Además, la República Checa y Luxemburgo rozan ese indicador de riesgo muy alto. España y los otros restantes miembros de la Unión Europea se encuentran en un riesgo medio de falta de independencia política.

La distribución de la publicidad a nivel estatal entre los medios es totalmente sesgada en la Unión Europea, salvo en Francia, Italia, Grecia, Dinamarca y Suecia. La publicidad estatal se utiliza en muchos países, en especial del Este, para financiar a los medios fieles y asfixiar a los críticos.

El informe subraya también graves deficiencias en la protección básica de la libertad información, con un grave deterioro de las condiciones de trabajo de los periodistas, la utilización de demandas judiciales como vía de intimidación y las amenazas físicas a los periodistas, con casos extremos de los asesinatos de Daphne Caruana Galitizia en Malta y Jan Kuciak en Eslovaquía, encargados por empresarios vinculados a los gobiernos.

Los países donde la libertad de expresión se encuentra en riesgo medio han aumentado respecto al 2017 e incluyen en la lista a España, Austria, Bulgaria, Croacia, Grecia, Hungría, Italia, Letonia, Polonia, Portugal y Eslovenia. Supervisión del Pluralismo en los Medios en la Era Digital precisa que en el caso concreto del caso de España la reforma del Código Penal del 2015 y la Ley de Seguridad Ciudadana han supuesto un marcado retroceso. H