Las palabras tienen dueño y precio. Al periodista ruso Alexei Sidorov le costaron la vida. Sidorov, redactor jefe del semanario local Toliatinskoie Obozrenie , fue apuñalado a mediados de octubre por dos desconocidos que le esperaban a la puerta de su casa en Togliatti (región de Samara). El periodista, de 31 años, falleció en brazos de su esposa pocos minutos después.

Según el recuento de la fundación rusa para la protección de la glasnost (transparencia), que se dedica a la protección de la libertad de expresión, 12 periodistas rusos han muerto y 3 han desaparecido desde enero del 2003 por motivos relacionados con su labor informativa. Más de 70 profesionales han sido víctimas de violentos ataques. En la mayoría de los casos, la policía ha sido incapaz de encontrar a los criminales. Más todavía, las autoridades rusas hacen todo lo posible para demostrar que estos crímenes no tienen nada que ver con su actividad.

VERSION POCO CREIBLE

Días después del asesinato de Sidorov, la policía de Togliatti informó de que había detenido a los dos presuntos asesinos, cuyo objetivo principal era el robo. La versión policial provocó fuertes protestas de la profesión periodística rusa.

"Es indignante. Tenemos información fidedigna que confirma que Sidorov fue asesinado en relación con la línea editorial de su semanario", afirma a este diario Boris Timoshenko, portavoz de la Fundación Glasnost. Esta organización no gubernamental envió recientemente a Togliatti un equipo de periodistas y juristas para realizar una investigación independiente.

El predecesor de Sidorov, Valeri Ivanov, fue asesinado en circunstancias similares, en abril del 2002. Ivanov llevó a cabo y publicó varias investigaciones sobre la corrupción y las luchas entre grupos mafiosos rusos para controlar la principal fábrica de coches rusa AvtoVAZ. Con Sidorov al frente de la redacción, el periódico siguió con sus polémicas revelaciones.

Según Reporteros sin Fronteras, la muerte de Sidorov "confirma a Rusia como el país donde hay más asesinatos de periodistas".

Un estudio de la Unión de Periodistas de Rusia (UPR) afirma que en 37 de las 89 regiones existe una situación "desfavorable" para los medios independientes. "Las leyes regionales de las cuales depende la vida real en la Rusia profunda a menudo no respetan la libertad de expresión", afirma Igor Yakovenko, secretario general de la UPR.

TENDENCIA ALARMANTE

Timoshenko, de la Fundación Glasnost, denuncia una nueva tendencia alarmante en la campaña del poder para controlar a los medios. "En el 2003 hemos registrado un importante aumento en el número de procesos criminales contra periodistas, iniciados a instancias de las autoridades locales".

En el caso más reciente, los jueces condenaron a un año de trabajos forzados a Guerman Galkin, director del semanario Rabochaya Gazeta , por difamación de responsables de la Administración regional de Cheliabinsk (Urales).

"Es la primera vez, desde 1991, que en Rusia se condena a un periodista a una pena de reclusión incondicional por difamación. Es un grave precedente que viola los estándares internacionales", escribió Robert Menard, secretario general de Reporteros sin Fronteras, en una carta dirigida al fiscal general de Rusia, Vladimir Ustinov.