NACIO EN MADRID, EN 1942

FORMACION DOCTOR EN FISICA

TRAYECTORIA MINISTRO DESDE 1982 A 1995; DIRIGIO LA OTAN DESDE 1995 A 1999 Y ES JEFE DE EXTERIORES DE LA UNION EUROPEA DESDE 1999

Javier Solana ha marcado decisivamente la política europea de los últimos 15 años, primero al frente de la OTAN y después desarrollando la primera política exterior y de defensa de la UE. A punto de abandonar su cargo, Solana destaca en esta entrevista que la UE debe adaptarse a la transferencia de poder que se está produciendo de Occidente a Oriente.

--¿Cuáles son los retos de la UE en política exterior?

--A nivel interno, crear el servicio de acción exterior del que va a depender la capacidad de actuación europea. A nivel exterior, primero están los retos asociados a la vecindad y a su estabilidad: el Sur, el Mediterráneo, el proceso de paz en Oriente Próximo, la relación con los países del sur, los flujos migratorios... Y el Este: Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Moldavia. Y después, está el reto de ser un actor global.

--¿Qué significa eso?

--Tener participación y algo que decir constructivo y útil para el mundo. Y trabajar bien en las instituciones de lo que empieza a ser el embrión de gobierno global.

--¿La crisis alterará la correlación de fuerzas mundiales?

--El mundo que saldrá de la crisis económica será muy distinto al de hoy y al de ayer. Habrá una nueva relación de fuerzas. Los países emergentes, como China y la India, jugarán un papel cada vez más importante desde el punto de vista demográfico, porque van a tener un crecimiento que no vamos a tener nosotros, y desde el punto de vista económico, porque van a crecer más de lo que lo hagamos nosotros. Habrá una transferencia de poder en un sentido muy amplio desde nuestra zona hacia Oriente. Es esencial adaptarse a esa realidad, no perder posiciones en el mundo y dejar espacio para que esos países puedan desarrollarse, ocupar su lugar y que sus opiniones se tengan en cuenta.

--¿Y cómo se consigue esto?

--La mesa donde se toman las decisiones ya no puede ser una mesa pequeña de ocho, tiene que ser mucho más grande, y los comensales tienen que sentarse desde el principio, no solo a los postres, como ocurría antes. Más nos vale cambiar la forma de pensar y tomar en cuenta la transferencia de poder que se produce desde el mundo occidental hacia el Oriente.

--¿El futuro es el G-20?

--No sé lo que será, porque aún estamos empezando. El G-20 es, de momento, un paso, no sé si definitivo. Puede asentarse como espacio para tratar las recetas económicas. Pero no estoy seguro que ese sea el lugar para todos los temas de naturaleza política.

--¿Dónde debe producirse ese debate político, en la ONU?

--La ONU seguirá jugando un papel fundamental en todos sus niveles. Pero será necesario un lugar donde se puedan adoptar medidas, con un número de países comprendido entre la Asamblea General y lo que podríamos llamar un G-2.

--¿Un G-8 reconvertido?

--El modelo G-8 es tan occidental que va a quedarse demasiado limitado. La gran paradoja es que tenemos que resolver problemas globales mientras que los instrumentos son aún muy nacionales.

--¿La UE puede ser ejemplo?

--La UE es un ejemplo de cómo esa paradoja se ha resuelto a nivel regional. Pero en la UE somos 27 países, y en el mundo hay más de cien. Habrá que inventar cosas, instituciones, y hacerlo con una cierta rapidez.

--La cesión de soberanía que eso implica es problemática.

--Las transferencias de soberanía son absolutamente necesarias. Me gustaría acuñar el término de soberanía responsable. Los países tienen que usar su soberanía de manera responsable, porque sus decisiones afectan globalmente. Hay que caminar hacia una especie de gobierno mundial, entre comillas, y haré lo posible para trabajar en esa dirección.

--¿Qué puede aportar la UE?

--La UE es la mejor preparada para actuar en la gestión de crisis. Tiene una panoplia de activos militares y, sobre todo civiles, que puede usar de forma combinada, lo que no puede hacer casi nadie. Las acciones ya no solo requieren poder militar, sino la combinación de diplomacia, ayuda humanitaria, actuación policial y judicial, reconstrucción económica y política...

--¿La Unión Europea debe fijar sus fronteras?

--La UE tiene definidas ahora sus fronteras. Están los países miembros, más los que son candidatos --Croacia y Turquía-- y los Balcanes. Con los demás se pueden tener relaciones estrechas.

--¿Cuáles son sus planes?

--Me gustaría seguir haciendo casi lo mismo que ahora, un poco más despacio. Voy a seguir en el ámbito de lo público, pero sin dedicarme a la política. Las posibilidades son muchas: la enseñanza, la reflexión, ayudar a resolver un conflicto, asesorar...