El jefe del Ejército israelí, Benny Gantz, aseguró hoy que la nueva flotilla a Gaza, que tiene previsto zarpar a finales de junio, tiene como objetivo "encender el odio y la provocación" contra el Estado judío y no ayudar a la franja. "Los organizadores de la flotilla están trabajando para encender el odio y la provocación contra Israel, no desde la voluntad de ayudar a la población de Gaza", dijo ante el Comité de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento. Gantz, quien el pasado febrero sustituyó en el cargo a Gabi Ashkenazi, dejó claro que "el Ejército israelí ha aprendido las lecciones del (Mavi) Marmara", el barco de la primera flotilla, en el que soldados israelíes desataron una controversia internacional al matar hace un año a nueve activistas turcos. El jefe del Estado Mayor aseguró que su Ejército "actuará para impedir todo intento de romper el bloqueo naval" y que "la comunidad internacional ha reconocido la validez de este bloqueo". Gantz declaró asimismo que "no hay crisis humanitaria" en Gaza ya que "cada día entran centenares de camiones cargados de comida y material". El máximo responsable del Ejército también habló de las amenazas que afronta su país, que van "desde el cuchillo empleado en un simple ataque terrorista hasta un Irán nuclear". En este sentido, indicó que "hay un nuevo actor en Oriente Medio: la calle" y que sus tropas "se están preparando para manifestaciones en Cisjordania, la Franja de Gaza y las fronteras de Israel". Los organizadores de la primera "marcha del regreso" a Israel, que acabó el pasado 15 de mayo (Día de la Nakba) con quince palestinos muertos, han convocado una segunda para el próximo 5 de junio, con motivo del aniversario del inicio de la Guerra de los Seis Días de 1967. El comité exhorta a los palestinos en el exterior a volar masivamente a aeropuertos israelíes y a los refugiados palestinos en Oriente Medio a concentrarse en las fronteras del Estado judío. Gantz reconoció que "el Ejército ha sacado conclusiones de los eventos del Día de la Nakba y sabe que puede encontrarse en los próximos meses frente a protestas populares a gran escala". Para hacer frente estos retos, el alto mando pidió un "nuevo y mayor" presupuesto para los organismos de seguridad.